martes, 3 de abril de 2018

El coste ambiental real del consumo de carne

Recupero este artículo de mi blog de CTM por su interés para el tema que estamos estudiando:

Aprovechando que vamos a tratar próximamente el tema de la mayor eficiencia energética del consumo de vegetales que de carne en la alimentación humana, hablaremos del verdadero coste ambiental del consumo de carne de especies frecuentes de consumo, como el pollo, el cerdo y la ternera.

Como máquinas de transformar vegetales no comestibles en alimentos comestibles, las terneras tienen una baja eficiencia, ya que hacen falta ocho kilos de pienso para producir un kilo de carne de ternera (de ahí su precio). Con el cerdo, la proporción es de cuatro a uno. Y con el pollo, campeón de la eficiencia, bastan dos kilos de pienso para obtener un kilo de carne.

Estos datos convierten la carne de pollo en la que tiene un menor impacto ambiental. También es una de las más aconsejables para la salud porque tiene una mayoría de grasas monoinsaturadas y pocas grasas saturadas. En el otro extremo, la carne de ternera es la que tiene un mayor impacto, tanto ambiental como en la salud. Para obtener cada kilo de ternera se emiten a la atmósfera tantos gases contaminantes como los que emite un coche de tamaño medio al recorrer 250 km.


A escala global, la ganadería emite una quinta parte de los gases que contribuyen al cambio climático y es una de las principales causas de contaminación de acuíferos y de deforestación de los bosques tropicales, que se destruyen para plantar los cereales con que se alimentará a los animales.

El bajo impacto ambiental del pollo se consigue a costa de sacrificar las aves cuando tienen unas seis semanas y de tenerlas enjauladas para que no disipen su energía en movimientos productivos. Por supuesto, no se las cría así para minimizar su impacto ambiental sino para maximizar su rendimiento económico (eso sí, a costa del maltrato de los animales). El resultado es una carne tierna, pálida y barata, con un color, una textura y un sabor distintos a los pollos de corral que han ejercitado sus músculos.

Fuente de la mayor parte del texto: "La cocina de la salud"

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